Este texto lo hemos visto en clase. ¿Recuerdas de qué trata? ¿En qué fase de la evolución política de Al-Ándalus se produce este hecho? ¿Quiénes lo protagonizan? ¿Por qué se sublevan?
LA JORNADA DEL ARRABAL
En 198 (31 de agosto de 813) tuvo lugar en Córdoba la revuelta llamada del arrabal. Los hechos pasaron de la manera siguiente:
El
príncipe omeya reinante Al-Hakam ben Hixam casi no se ocupaba
más que en jugar, cazar, beber y en otros placeres
semejantes y, por otra parte, la ejecución de muchos de los
principales habitantes de la ciudad le hizo odioso a la población, que era injuriada y maltratada por los mercenarios del emir.
El desorden llegó a tal punto que, cuando se convocaba a la plegaria, el populacho gritaba: ¡ Ven
a rezar, borracho, ven a rezar!» y cuando alguno lanzaba
esta injuria, los otros aplaudían. Entonces, Al-Hakam comenzó a
rodear Córdoba con un recinto fortificado, guarnecido de zanjas:
acuarteló la caballería en la puerta de su palacio, donde había
siempre una tropa armada, y aumentó el número de sus
mamelucos. Todas estas precauciones no hicieron más que
acrecentar el odio de la población, que estaba persuadida de que
quería vengarse de todas sus afrentas. En seguida estableció el
impuesto del diezmo sobre las mercaderías, impuesto que habría de
cobrarse cada año sin remisión, lo que fue mal visto por
el pueblo. AlHakam se apoderó de diez de los principales
exaltados y les hizo ejecutar y crucificar, con lo que dio
ocasión de cólera a las gentes del arrabal. Añádase a todo ello
que un mameluco del príncipe llevó su espada a casa de un
bruñidor para hacerla limpiar. y como éste la remitiera a su
dueño más tarde de lo convenido, el mameluco tomó la espada y
golpeó con ella al obrero hasta dejarle muerto. Ocurrió esto en
Ramadan (abril-mayo 814) del año referido.
Las gentes del arrabal meridional empuñaron los primeros las armas, y todos los otros arrabales les siguieron. El chund, los
omeyas y los esclavos negros se concentraron en el palacio y Al-
Hakam procedió a la repartición de los caballos y de las
armas, así como a la reunión de sus compañeros.
Se entabló
la lucha y fue favorable a las gentes del arrabal, que
cercaron el palacio. Entonces Al-Hakam descendió de la terraza
donde se encontraba y fue, a caballo y armado, a reanimar el
valor de los suyos, que se batieron a su vista con
encarnizamiento ...
Al-Hakam
consultó con Abd al-Qarim ben Abd al- Wahid ben Abd al-Mugayth,
su último confidente, quien le aconsejó clemencia. Tal fue el
partido que tomó el príncipe, a pesar del dictamen contrario
emitido por otro, y perdonó a los rebeldes, pero con amenaza de
muerte y crucifixión para todos los habitantes del arrabal que no
hubiesen partido de la ciudad en el plazo de tres días.
Los sobrevivientes salieron a escondidas, expuestos a toda clase
de penas y humillaciones, llevando lejos de Córdoba a sus
mujeres, sus hijos y sus riquezas de más fácil transporte. Los
soldados y malhechores estaban en acecho para saquearles y
mataban a quienes osaban resistir.
Terminado el plazo de tres días, AlHakam dio orden de respetar a las mujeres, a las que reunió en el mismo lugar, e hizo destruir el arrabal meridional (de Secunda) ...
Del Kamil fi-l- Tarif de Ben Al-Athir (Según versión francesa de Fagnan. 165 y 177).
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