Hubo un rey que murió destrozado por un oso, o al menos eso asegura la
leyenda. Se trata de Favila, segundo rey de Asturias entre los años 737 y
739 e hijo de don Pelayo. Favila al parecer fue un descuidado. Salió al
monte solo, poco tiempo después de escapar por los pelos de una
patrulla de guerreros musulmanes. Sin embargo, en vez de caer en una
emboscada de sus enemigos, Favila fue atacado por un gran oso de los que
hoy en día apenas quedan descendientes.
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